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Ohana means family ~ Salem Saberhagen
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Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Era un día perfecto para Nixie. Aquella mañana de verano, cuando aún sus vacaciones seguían su curso, la joven se levantó de la cama de un salto, casi derribando a Salem de la misma. Afuera, el sol comenzaba a brillar, brindado una cálida sensación que invitaba a todos los habitantes del Valle de Godric a salir a disfrutar de un nuevo día. Se acercó casi con pasos de bailarina a la cuna de Eva, donde la pequeña ya había despertado y se había incorporado para buscar a sus padres con la mirada.
Nixie no pudo evitar sonreír ante la hermosa criatura que le miraba con ojos curiosos—Vamos mi niña, saldremos hoy—le susurró en el oído al tiempo que la sacaba de la cuna y volvía a la cama con Salem.
—Quiero que salgamos los tres juntos a dar una vuelta, ¿podemos?—le preguntó a su esposo, haciendo un puchero para convencerlo. La mayor parte del tiempo, Salem cedía a sus peticiones que normalmente eran cosas que los involucraban a los tres como familia. Habían estado viviendo en la casa de su madre todavía. No tardarían mucho en mudarse de ahí. Tanto Salem como ella habían adquirido otra propiedad para tener su propia casa y abandonar aquel lugar que de alguna forma, le traía malos recuerdos a ambos. Se recargó en el pecho de él mientras la niña trataba de alcanzar el rostro de su padre. La escena era tan adorable que Nixie tuvo que contener el impulso de ir por la cámara y sacar fotos. Quería estar ahí con ellos.
Nixie no pudo evitar sonreír ante la hermosa criatura que le miraba con ojos curiosos—Vamos mi niña, saldremos hoy—le susurró en el oído al tiempo que la sacaba de la cuna y volvía a la cama con Salem.
—Quiero que salgamos los tres juntos a dar una vuelta, ¿podemos?—le preguntó a su esposo, haciendo un puchero para convencerlo. La mayor parte del tiempo, Salem cedía a sus peticiones que normalmente eran cosas que los involucraban a los tres como familia. Habían estado viviendo en la casa de su madre todavía. No tardarían mucho en mudarse de ahí. Tanto Salem como ella habían adquirido otra propiedad para tener su propia casa y abandonar aquel lugar que de alguna forma, le traía malos recuerdos a ambos. Se recargó en el pecho de él mientras la niña trataba de alcanzar el rostro de su padre. La escena era tan adorable que Nixie tuvo que contener el impulso de ir por la cámara y sacar fotos. Quería estar ahí con ellos.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
No estaba seguro de que hora era, pero no se quería levantar todavía. Aquellos eran los últimos días de vacaciones de Nixie y también los suyos. Había pedido una semana en su trabajo para poder pasar más tiempo con su esposa y su hija y quería aprovechar cada segundo que tenía con ellas. La luz que se filtró por las cortinas le golpeó el rostro, pero se sentía tan bien en esos momentos que no se dignó a abrir los ojos. Tan solo se limitó a acurrucarse más contra el cálido cuerpo que residía a su lado. Lamentablemente el movimiento y el sol también despertaron a su joven esposa, quien, a diferencia de él, decidió que ya era hora de comenzar el día. ―Muñeca ―se quejó con un bostezo cuando Nixie saló de la cama, casi tirándolo por un lado.
Con algo de pereza y un bostezo, se incorporó lentamente. Parpadeó varias veces, hasta que su vista se aclaró y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro ante la escena: La pequeña Eva les miraba curiosamente desde su cunita, reclamando algo de atención de sus padres y Nixie no había perdido tiempo en ir a por ella, cargarla y llevarla junto a ellos. ―Claro que podemos, mi amor ―respondió enseguida ante la pregunta y sonriendo. Adoraba aquellos pucheros que hacía su esposa para convencerlo, aunque realmente no hacía falta, pues él siempre cedía a todo lo que ella quería.
―¿A dónde quieres ir? ―preguntó, mientras acunaba a su hija en sus brazos, haciendo pequeñas muecas porque la bebé quería tocarla el rostro y le estaba picando la barbilla con sus manitas. Eva era tan adorable, como su madre. No cabía la menor duda de que Salem era el hombre más afortunado del mundo. Aunque su situación era particularmente extraña y varias personas miraban con malos ojos los hechos que lo habían llevado a ser tan feliz, a él no podía importarle menos el prejuicio social. Nada le importaba que el bienestar de su familia. Mientras Nixie y Eva estuvieran bien, el mundo podía volverse escombros―. Os amo ―murmuró, robándole un beso a la joven y dándole uno en la frente a la bebita.
Con algo de pereza y un bostezo, se incorporó lentamente. Parpadeó varias veces, hasta que su vista se aclaró y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro ante la escena: La pequeña Eva les miraba curiosamente desde su cunita, reclamando algo de atención de sus padres y Nixie no había perdido tiempo en ir a por ella, cargarla y llevarla junto a ellos. ―Claro que podemos, mi amor ―respondió enseguida ante la pregunta y sonriendo. Adoraba aquellos pucheros que hacía su esposa para convencerlo, aunque realmente no hacía falta, pues él siempre cedía a todo lo que ella quería.
―¿A dónde quieres ir? ―preguntó, mientras acunaba a su hija en sus brazos, haciendo pequeñas muecas porque la bebé quería tocarla el rostro y le estaba picando la barbilla con sus manitas. Eva era tan adorable, como su madre. No cabía la menor duda de que Salem era el hombre más afortunado del mundo. Aunque su situación era particularmente extraña y varias personas miraban con malos ojos los hechos que lo habían llevado a ser tan feliz, a él no podía importarle menos el prejuicio social. Nada le importaba que el bienestar de su familia. Mientras Nixie y Eva estuvieran bien, el mundo podía volverse escombros―. Os amo ―murmuró, robándole un beso a la joven y dándole uno en la frente a la bebita.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Una sonrisa recorrió los labios de Nixie tras aquel beso robado. No se podía imaginar una vida sin Salem a su lado. Estaba muy feliz, desde el momento en que él había correspondido sus sentimientos y se había arriesgado a formar una familia con ella. Las cosas no habían sido fáciles en cuando a las opiniones de los demás pero aquello poco podía importarles. Se habían enamorado el uno del otro, se habían demostrado cuanto se amaban y habían concebido a su pequeña Eva. Nixie no podía ser más feliz. Se había casado cuando ella cumplió los 17 años y aun planeaban tener una ceremonia religiosa cuando la joven terminara sus estudios. Pronto se mudarían de casa, ya no vivirán más en el Valle de Godric, luego de que Salem hubiera comprado aquella mansión. Tenían tantos planes a futuro que estaba más que contenta.
—Amor—se quejó ella también en respuesta. Adoraba cuando Salem la llamaba por aquel apodo: Muñeca. Siempre le había gustado así que le robo un nuevo beso. Asintió con una sonrisa, satisfecha porque Salem hubiera aceptado su propuesta. Ciertamente él la complacía en todo lo que pedía, aunque tampoco es que la joven fuera una exigente. Simplemente solicitaba su compañía, su afecto y su tiempo para Eva y para ella. —Siento haberte despertado tan temprano, pero quiero aprovechar el día. Quizás podamos ir a la nueva casa para ir pensando en toda la decoración y esas cosas, ¿no crees?—le preguntó, acariciando su mentón. Salem era demasiado atractivo para ser real.
Se mordió el labio—Primero a desayunar. Puedo prepararles algo si deseas. Luego nos cambiamos y vamos a dar una vuelta al Valle de Godric. Por alguna extraña razón, a Eva le gusta la estatua de los Potter... ¿Deberíamos preocuparnos?—inquirió, con una sonrisa traviesa en su rostro al tiempo que llenaba de besos el rostro de su pequeña hija. —Awww, yo también los amo—respondió Nixie y por tercera vez, besó los labios de su esposo. A continuación, se apartó suavemente y bajó de la cama—Mientras te decides, iré a hacer la comida—le sonrió y se puso las pantuflas, dispuesta a irse corriendo a la cocina.
—Amor—se quejó ella también en respuesta. Adoraba cuando Salem la llamaba por aquel apodo: Muñeca. Siempre le había gustado así que le robo un nuevo beso. Asintió con una sonrisa, satisfecha porque Salem hubiera aceptado su propuesta. Ciertamente él la complacía en todo lo que pedía, aunque tampoco es que la joven fuera una exigente. Simplemente solicitaba su compañía, su afecto y su tiempo para Eva y para ella. —Siento haberte despertado tan temprano, pero quiero aprovechar el día. Quizás podamos ir a la nueva casa para ir pensando en toda la decoración y esas cosas, ¿no crees?—le preguntó, acariciando su mentón. Salem era demasiado atractivo para ser real.
Se mordió el labio—Primero a desayunar. Puedo prepararles algo si deseas. Luego nos cambiamos y vamos a dar una vuelta al Valle de Godric. Por alguna extraña razón, a Eva le gusta la estatua de los Potter... ¿Deberíamos preocuparnos?—inquirió, con una sonrisa traviesa en su rostro al tiempo que llenaba de besos el rostro de su pequeña hija. —Awww, yo también los amo—respondió Nixie y por tercera vez, besó los labios de su esposo. A continuación, se apartó suavemente y bajó de la cama—Mientras te decides, iré a hacer la comida—le sonrió y se puso las pantuflas, dispuesta a irse corriendo a la cocina.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Con toda y su perezosa personalidad, Salem terminó por sonreír ante las palabras de su esposa y asentir con la cabeza en señal de que estaba de acuerdo con ella. La verdad era que una parte de él sufría por el hecho de que aquel sería su último día juntos, al menos por un largo periodo de tiempo, pues al día siguiente Nixie debía de partir en el Expreso de Hogwarts para ir al colegio y se quedaría ahí por lo menos hasta que llegaran las fiestas de Navidad y demás. ―No me molesta, que me levantes, al contrario… ―contestó y un pequeño gruñido de complacencia se le escapó por la caricia en su mentón―. Aprovechemos el día todo lo que se pueda ―aceptó y volvió a insistir ante su petición―. Claro que podemos. ¿Ya has pensado en cómo quieres que sea la habitación de Eva? ―le cuestionó sobre la decoración, ya que él no tenía tanto sentido del diseño como ella.
―¿Y si les pedimos a los elfos que traigan el desayuno a la habitación? ―propuso como no queriendo la cosa. Luego se acomodó mejor en la cama, reusándose todavía a abandonar por completo el calor de las sabanas. ―¿Tú que dices, pequeñita? ―le preguntó a su hijita, quien seguía acunada contra su pecho, para luego voltear a Nixie con una ceja ligeramente arqueada―. No creo que haya que preocuparnos, seguramente le gusta porque le parece que se ven graciosos ―argumentó a favor de su pequeña, con una pequeña risita de diversión, a la vez que se enternecía por la manera en la que Eva hacia muequitas ante los besos de su mami―. Tan hermosas las dos ―murmuró y correspondió amorosamente el tercer beso de su esposa, permaneciendo con los ojos cerrados y los labios entreabiertos una vez que ella se separó.
Un suspiro se le terminó de escapar y negó con la cabeza, no tanto por desaprobar su acto, sino porque a veces no daba crédito a lo cursi que podía llegar a ser cuando se trataba de su esposa. Quizá así era como había comenzado todo: Nixie sacaba lo más sensible de él y lo hacía mejor persona. ―Ven, vamos a molestar a mami ―susurró bajito a la pequeña Eva que seguía en sus brazos, a la vez que se incorporaba. Tiró suavemente del brazo de Nixie para hacerla caer sobre la cama y luego le puso a su hija encima, para enseguida comenzar a hacerle cosquillas.
―¿Y si les pedimos a los elfos que traigan el desayuno a la habitación? ―propuso como no queriendo la cosa. Luego se acomodó mejor en la cama, reusándose todavía a abandonar por completo el calor de las sabanas. ―¿Tú que dices, pequeñita? ―le preguntó a su hijita, quien seguía acunada contra su pecho, para luego voltear a Nixie con una ceja ligeramente arqueada―. No creo que haya que preocuparnos, seguramente le gusta porque le parece que se ven graciosos ―argumentó a favor de su pequeña, con una pequeña risita de diversión, a la vez que se enternecía por la manera en la que Eva hacia muequitas ante los besos de su mami―. Tan hermosas las dos ―murmuró y correspondió amorosamente el tercer beso de su esposa, permaneciendo con los ojos cerrados y los labios entreabiertos una vez que ella se separó.
Un suspiro se le terminó de escapar y negó con la cabeza, no tanto por desaprobar su acto, sino porque a veces no daba crédito a lo cursi que podía llegar a ser cuando se trataba de su esposa. Quizá así era como había comenzado todo: Nixie sacaba lo más sensible de él y lo hacía mejor persona. ―Ven, vamos a molestar a mami ―susurró bajito a la pequeña Eva que seguía en sus brazos, a la vez que se incorporaba. Tiró suavemente del brazo de Nixie para hacerla caer sobre la cama y luego le puso a su hija encima, para enseguida comenzar a hacerle cosquillas.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Oh, ahora era cuando entendía porque estaba tan enamorada de Salem. Sí, su atractivo físico era un plus pero lo que le atraía eran sus sentimientos. Nixie se denominaba a sí misma demisexual y Salem había llegado a ser su todo. Él le había enseñado a confiar de nuevo, a que alguien podía quererla, cuidarla, amarla. —Es que necesito que la casa este lista, quiero pasar la navidad allá y no aquí—respondió, con una mueca de asco. La casa le traía malos recuerdos. Ambos dormían en la habitación de Nixie porque la habitación matrimonial era demasiado para los dos. Era de Alexia Dolohov y no querían tocarla por ningún motivo.
Se quedó pensativa. Sí, había pensado en pintarla primero de color rosa pero dudaba que a su hija le gustara ese color. —Aun no estoy muy segura, dejaré que Eva escoja el color, ¿verdad princesa?—le preguntó a su hija mientras picaba su naricita. La pequeña Eva estaba demasiado entretenida tratando de tocar su rostro que se enderezó. Su hija contaba con dos años y meses y se veía realmente hermosa, como su padre. Se mordió el labio ante su comentario, pero decidió que quizás tenía razón—Bien, te creo—sonrió.
Estaba por levantarse de la cama hasta que escuchó el comentario de Salem. Arqueó una ceja—¿Qué has dicho?—le preguntó pero no tuvo tiempo de hacer algo más. Salem tiró de su brazo por lo que Nixie perdió el equilibrio y cayó en la cama. Y no conforme con eso, ambos se pusieron encima de ella para hacerle cosquillas. La slytherin soltó una carcajada—¡Tramposos!—chilló riendo—¡Eso no es justo!—trató de liberarse pero no pudo. —¡Cosquillas para mami!—gritó Eva feliz y Nixie la dejó. Aunque también trató de hacerle cosquillas, no pudo evitar besar a su esposo cuando tuvo la oportunidad. —Bueno, que los elfos traigan el desayuno entonces ¡Me rindo!—anunció al final, cuando ya le dolía el vientre de las cosquillas.
Se quedó pensativa. Sí, había pensado en pintarla primero de color rosa pero dudaba que a su hija le gustara ese color. —Aun no estoy muy segura, dejaré que Eva escoja el color, ¿verdad princesa?—le preguntó a su hija mientras picaba su naricita. La pequeña Eva estaba demasiado entretenida tratando de tocar su rostro que se enderezó. Su hija contaba con dos años y meses y se veía realmente hermosa, como su padre. Se mordió el labio ante su comentario, pero decidió que quizás tenía razón—Bien, te creo—sonrió.
Estaba por levantarse de la cama hasta que escuchó el comentario de Salem. Arqueó una ceja—¿Qué has dicho?—le preguntó pero no tuvo tiempo de hacer algo más. Salem tiró de su brazo por lo que Nixie perdió el equilibrio y cayó en la cama. Y no conforme con eso, ambos se pusieron encima de ella para hacerle cosquillas. La slytherin soltó una carcajada—¡Tramposos!—chilló riendo—¡Eso no es justo!—trató de liberarse pero no pudo. —¡Cosquillas para mami!—gritó Eva feliz y Nixie la dejó. Aunque también trató de hacerle cosquillas, no pudo evitar besar a su esposo cuando tuvo la oportunidad. —Bueno, que los elfos traigan el desayuno entonces ¡Me rindo!—anunció al final, cuando ya le dolía el vientre de las cosquillas.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Por momentos, Salem olvidaba el peso emocional que llevaba consigo el lugar en el que se encontraban. Se había acostumbrado ya a estar ahí, a pasar su día a día en compañía de la pequeña Eva o acostado con su esposa, que sencillamente borraba de su memoria todo el otro tiempo en el que Alexia había habitado aquella casa y lo que eso significaba para Nixie, más que nada. —Tranquila. Aunque no terminemos de arreglar las cosas hoy, te prometo que antes de navidad, Eva y yo te estaremos esperando en la nueva casa y no tendrás que volver a esta —le dijo para que no siguiera pensando demasiado en eso. No quería arruinar la mañana con malos recuerdos de gente indeseable.
Aun así, se preocupó un poco al ver lo pensativa que se quedaba. Afortunadamente, cuando su esposa volvió a articular palabra, se tranquilizó al comprobar que solo estaba pensando en los arreglos para la nueva casa. —¡Negro! —respondió su hijita ante la pregunta de su mami y él se sonrió. Seguramente, al final, terminarían decorado la habitación de una forma muy parecida a como era la actual en la que dormían. Fuera lo que fuera, el cuarto de Nixie tenía un toque muy de ella, entre gótico, femenino y acogedor. Además, era bueno que algunas cosas resemblaran la casa actual, para que la pequeña Eva no resintiera tanto el cambio, sobre todo por el tiempo que a la chiquita le tocaba estar casi sola en casa, solo al cuidado de su nana y los elfos, mientras él trabajaba y Nixie estudiaba.
—No es trampa, es astucia —alardeó, guiñándole un ojo de forma cómplice, ayudando a su hija para seguirle haciendo cosquillas a su mami. Las suaves risas femeninas y las suyas propias inundaron el lugar, haciendo un ligero eco que le hacía vibrar el alma de felicidad. Momentos así eran únicos y memorables. Tanta dicha y felicidad. ¿Se podía pedir más en la vida? Salem sabía que tenía una pequeña, pero hermosa familia.
Con todo y todo, por mucho que se estaban divirtiendo, la frase final de Nixie puso fin al juego que no podía durar para siempre. —¡Ganamos! —celebró con su hija, sin apartarse de la cama—. ¡Mami! —gritó Eva, abrazándose a ella y viéndolo a él, como en espera de nuevas indicaciones. Madre e hija se veían preciosas y él no pudo evitar sonreír ampliamente, para luego estrecharlas a ambas en sus brazos, dejando a Evita un tanto apachurrada entre ellos—. Quiero Waffles con mucha miel —se quejó la pequeña, recordándoles a sus papis que tenían que comer.
Aun así, se preocupó un poco al ver lo pensativa que se quedaba. Afortunadamente, cuando su esposa volvió a articular palabra, se tranquilizó al comprobar que solo estaba pensando en los arreglos para la nueva casa. —¡Negro! —respondió su hijita ante la pregunta de su mami y él se sonrió. Seguramente, al final, terminarían decorado la habitación de una forma muy parecida a como era la actual en la que dormían. Fuera lo que fuera, el cuarto de Nixie tenía un toque muy de ella, entre gótico, femenino y acogedor. Además, era bueno que algunas cosas resemblaran la casa actual, para que la pequeña Eva no resintiera tanto el cambio, sobre todo por el tiempo que a la chiquita le tocaba estar casi sola en casa, solo al cuidado de su nana y los elfos, mientras él trabajaba y Nixie estudiaba.
—No es trampa, es astucia —alardeó, guiñándole un ojo de forma cómplice, ayudando a su hija para seguirle haciendo cosquillas a su mami. Las suaves risas femeninas y las suyas propias inundaron el lugar, haciendo un ligero eco que le hacía vibrar el alma de felicidad. Momentos así eran únicos y memorables. Tanta dicha y felicidad. ¿Se podía pedir más en la vida? Salem sabía que tenía una pequeña, pero hermosa familia.
Con todo y todo, por mucho que se estaban divirtiendo, la frase final de Nixie puso fin al juego que no podía durar para siempre. —¡Ganamos! —celebró con su hija, sin apartarse de la cama—. ¡Mami! —gritó Eva, abrazándose a ella y viéndolo a él, como en espera de nuevas indicaciones. Madre e hija se veían preciosas y él no pudo evitar sonreír ampliamente, para luego estrecharlas a ambas en sus brazos, dejando a Evita un tanto apachurrada entre ellos—. Quiero Waffles con mucha miel —se quejó la pequeña, recordándoles a sus papis que tenían que comer.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
La joven se había rendido ante las cosquillas por parte de su esposo y de su hija. Era una situación de lo más adorable, de los momentos que marcarían la vida de los tres. No importaba cuantas cosas terribles habían pasado en aquella casa cuando su madre estaba viva, ahora solo les quedaba disfrutar de tiempo, de la compañía y del amor de sus seres queridos. Aquel pensamiento hizo embozar una sonrisa a la Slytherin, sintiendo que las memorias que tenía de su madre habían sido un mal sueño para los dos y que después de su muerte ambos habían comenzado a vivir de verdad y por amor. —Eso sería adorable—contestó ella—Cuando termine la escuela, me daré un año de descanso para estar solo para ustedes, recuperar el tiempo que no estuvimos juntos y para cuidar a Eva personalmente—le dijo, al tiempo que pellizcaba suavemente la naricita de su hija. Era el ser más hermoso que había visto en su vida, un pedacito de los dos.
Soltó una carcajada al escuchar el color que quería para su cuarto. En cierta forma, Eva tenía los mimos gustos que Nixie. Le acarició el cabello y besó su frente con dulzura—¿Te parece que sea negra con roja? ¿O negra con otro color?—le preguntó, pensando su cabello con los dedos, era negro azabache, como él de Salem. Compartía muchas facciones con él, lo único que había sacado de Nixie, había sido el color de ojos. Y probablemente, el tono claro de la piel. Embozó una sonrisa al contemplarla. —Eva, eres igualita a tu padre. Eres como una versión femenina de él, muy hermosa—le hizo cosquillas a su pequeña pancita y luego se giró para ver a Salem y robarle un beso, agradeciéndole con la mirada por todo.
—Eres tramposo, tramposo y astuto—respondió ella a su vez, sintiendo que el corazón le palpitaba con fuerza por culpa de aquel gesto tan sexy. Era consciente de que muchas mujeres del trabajo de Salem, había querido estar con él y gustosas serían sus amantes… de no ser porque Salem solo tenía ojos para Nixie. Rechazaba con crueldad a las demás, en más de una ocasión lo había visto. Incluso cuando iban a Rusia a las reuniones familiares de los Dolohov, el solo la miraba a ella, no importa cuántas bellas rusas tuviera en frente. Aquello había contribuido a pensar que Salem era el hombre perfecto.
Sonrió con verdadera felicidad al escucharlos, ella también sonrió hacía, iluminando su mirada. A continuación abrazo a su pequeñita, estrujándola suavemente entre sus brazos, luego se dejó abrazar por su esposo y no pudo evitar darle un largo y profundo beso. Ella era la mujer más afortunada del mundo por haberlo conocido a él. Solo pudo distraerse cuando su hija le dijo que quería waffles, por lo que Nixie rió. —¿Así que waffles eh?—le preguntó—Salem, ¿no te parece que en vez de una hija, tenemos un pequeño monstruito come waffles?—le preguntó a su esposo, bromeando pues ambos sabían lo mucho que Eva adoraba los waffles, sobre todo con miel—Vale, pediremos waffles, a mí también se me han antojado. ¡Y jugo de naranja!—le dijo a su hija para luego girarse a su esposo. —¿Tú que quieres de desayunar, amor?—preguntó—¿Quieres café aparte?—siguió, mientras su elfo doméstico, Winky, aparecía para tomar las ordenes de comida.
Soltó una carcajada al escuchar el color que quería para su cuarto. En cierta forma, Eva tenía los mimos gustos que Nixie. Le acarició el cabello y besó su frente con dulzura—¿Te parece que sea negra con roja? ¿O negra con otro color?—le preguntó, pensando su cabello con los dedos, era negro azabache, como él de Salem. Compartía muchas facciones con él, lo único que había sacado de Nixie, había sido el color de ojos. Y probablemente, el tono claro de la piel. Embozó una sonrisa al contemplarla. —Eva, eres igualita a tu padre. Eres como una versión femenina de él, muy hermosa—le hizo cosquillas a su pequeña pancita y luego se giró para ver a Salem y robarle un beso, agradeciéndole con la mirada por todo.
—Eres tramposo, tramposo y astuto—respondió ella a su vez, sintiendo que el corazón le palpitaba con fuerza por culpa de aquel gesto tan sexy. Era consciente de que muchas mujeres del trabajo de Salem, había querido estar con él y gustosas serían sus amantes… de no ser porque Salem solo tenía ojos para Nixie. Rechazaba con crueldad a las demás, en más de una ocasión lo había visto. Incluso cuando iban a Rusia a las reuniones familiares de los Dolohov, el solo la miraba a ella, no importa cuántas bellas rusas tuviera en frente. Aquello había contribuido a pensar que Salem era el hombre perfecto.
Sonrió con verdadera felicidad al escucharlos, ella también sonrió hacía, iluminando su mirada. A continuación abrazo a su pequeñita, estrujándola suavemente entre sus brazos, luego se dejó abrazar por su esposo y no pudo evitar darle un largo y profundo beso. Ella era la mujer más afortunada del mundo por haberlo conocido a él. Solo pudo distraerse cuando su hija le dijo que quería waffles, por lo que Nixie rió. —¿Así que waffles eh?—le preguntó—Salem, ¿no te parece que en vez de una hija, tenemos un pequeño monstruito come waffles?—le preguntó a su esposo, bromeando pues ambos sabían lo mucho que Eva adoraba los waffles, sobre todo con miel—Vale, pediremos waffles, a mí también se me han antojado. ¡Y jugo de naranja!—le dijo a su hija para luego girarse a su esposo. —¿Tú que quieres de desayunar, amor?—preguntó—¿Quieres café aparte?—siguió, mientras su elfo doméstico, Winky, aparecía para tomar las ordenes de comida.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Le sonrió y se dio el gusto de robarle un fugaz beso, asintiendo a su primera respuesta. —Tu eres adorable —murmuró contra sus labios, ignorando por un segundo que su pequeña hija les miraba con curiosidad. Eva parpadeó un par de veces. Luego se cubrió la cara con sus dos manitas y comenzó a reír, como siempre lo hacía cuando sus padres se daban muestras de cariño. —Sabes que te apoyaré en lo que decidas hacer, amor —concedió Salem, mirando de reojo a su hija que seguía mirándoles y riendo bajito—. Además, Eva ya es una niña grande, ¿no? —añadió para llamar su atención.
—¡Yo quiero estar con mami! —gritó repentinamente la niña, abrazándose posesivamente a su madre y mirando a su padre con un puchero. No entendía muchas cosas de adultos, pero si su madre decía que quería cuidarla, ella quería ser cuidada por ella y no que mami trabajara como lo hacía su papá. Salem rio ante la reacción y besó la frente de la menor. Se apartó un poco y las miró, con una expresión tierna en el rostro. Las dos mujeres más importantes en su vida estaban ahí frente a él y no podía ser más feliz si se lo pidieran. — ¡Rojo! —asintió enseguida Eva al escuchar la propuesta de su mami—. Pero yo quiero ser como tú, mami —se quejó un poquito la niña, comenzando a reír por las cosquillas que sentía en su pancita.
Salem por su parte correspondió primero el beso de su esposa, luego se rio un poco, tanto por la respuesta de su hija, como por las quejas de Nixie. —Las amo —se limitó a decir, incapaz de seguir una conversación coherente en aquellos momentos de felicidad. ¿Para qué argumentar? ¿Para qué replicar? Lo único que quería era mimarlas y dejarse mimar. Las miradas y las sonrisas eran suficientes en ese momento tan mágico y especial que estaban compartiendo.
Una mañana en familia. ¿Quién lo diría? Nunca se hubiera imaginado a sí mismo en aquella escena. Sin embargo, ahí estaba, feliz y dichoso. Todo gracias a Nixie. —Amor… —la volvió a besar, dejándose llevar por un instante y volviendo a la realidad por las risitas de Eva—. Sí, creo que es un monstruito come waffles —la apoyó, observando como Eva inflaba los mofletes—. Se va a poner redondita, redondita —siguió bromeando y le apretó la mejilla a su pequeña.
—¡Ñya! Soy un monstruito —se quejó la pequeña, pero con una risita y luego saltó sobre sus papis, abriéndose paso para quedar en medio de ellos, acurrucada contra el pecho de su madre—. ¿Ves, papi? A mamá también le gustan los waffles —alardeó orgulloso la niña, sonriendo y mostrando su perfecta hilera de dientes de leche. —¡Con mucha, mucha miel y mermelada de fresa! —intervino Eva.
Salem se rio de nuevo y negó con la cabeza. —Quiero huevos con pan tostado y un café —pidió al ver a Winky aparecer. Por lo general, no le gustaba comenzar el día con comida dulce. Suficiente dulzura tenía entre sus brazos en esos momentos, pensó y se le escapó una carcajada ante su propio pensamiento.
—¡Yo quiero estar con mami! —gritó repentinamente la niña, abrazándose posesivamente a su madre y mirando a su padre con un puchero. No entendía muchas cosas de adultos, pero si su madre decía que quería cuidarla, ella quería ser cuidada por ella y no que mami trabajara como lo hacía su papá. Salem rio ante la reacción y besó la frente de la menor. Se apartó un poco y las miró, con una expresión tierna en el rostro. Las dos mujeres más importantes en su vida estaban ahí frente a él y no podía ser más feliz si se lo pidieran. — ¡Rojo! —asintió enseguida Eva al escuchar la propuesta de su mami—. Pero yo quiero ser como tú, mami —se quejó un poquito la niña, comenzando a reír por las cosquillas que sentía en su pancita.
Salem por su parte correspondió primero el beso de su esposa, luego se rio un poco, tanto por la respuesta de su hija, como por las quejas de Nixie. —Las amo —se limitó a decir, incapaz de seguir una conversación coherente en aquellos momentos de felicidad. ¿Para qué argumentar? ¿Para qué replicar? Lo único que quería era mimarlas y dejarse mimar. Las miradas y las sonrisas eran suficientes en ese momento tan mágico y especial que estaban compartiendo.
Una mañana en familia. ¿Quién lo diría? Nunca se hubiera imaginado a sí mismo en aquella escena. Sin embargo, ahí estaba, feliz y dichoso. Todo gracias a Nixie. —Amor… —la volvió a besar, dejándose llevar por un instante y volviendo a la realidad por las risitas de Eva—. Sí, creo que es un monstruito come waffles —la apoyó, observando como Eva inflaba los mofletes—. Se va a poner redondita, redondita —siguió bromeando y le apretó la mejilla a su pequeña.
—¡Ñya! Soy un monstruito —se quejó la pequeña, pero con una risita y luego saltó sobre sus papis, abriéndose paso para quedar en medio de ellos, acurrucada contra el pecho de su madre—. ¿Ves, papi? A mamá también le gustan los waffles —alardeó orgulloso la niña, sonriendo y mostrando su perfecta hilera de dientes de leche. —¡Con mucha, mucha miel y mermelada de fresa! —intervino Eva.
Salem se rio de nuevo y negó con la cabeza. —Quiero huevos con pan tostado y un café —pidió al ver a Winky aparecer. Por lo general, no le gustaba comenzar el día con comida dulce. Suficiente dulzura tenía entre sus brazos en esos momentos, pensó y se le escapó una carcajada ante su propio pensamiento.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Embozó una sonrisa tras el comentario de Salem, no respondiendo de manera inmediata. Nixie no se consideraba una persona adorable, pero le gustaba complacerlo. Le mordió el labio inferior antes de separarse pues Eva había empezado a reírse, con las manitas sobre su rostro como si le diera un poquito de pena lo cariñoso que comenzaban a ponerse sus padres. Atrajo a la pequeña hacia ella para llenarle la cara de dulces besos y mimos. —No, mi niña es una bebita hermosa que no va a crecer—le dijo con voz empalagosa pese a que su pequeña se ría y protestaba ante las palabras de su madre. —Y yo quiero estar contigo, muñequita—afirmó Nix.
Correspondió al abrazo de su hija—Eres igual de posesiva que tu padre, muñequita—volvió a llenarla de besitos tras sus palabras y luego dirigió una mirada a Salem, como diciendo que él era peor de posesivo. Negó con la cabeza, claramente divertida—De tal palo, tal astilla—sonrió. Se sorprendió por la respuesta de su hija, pero estaba orgullosa—Rojo y negro será, Eva, lo prometo—dijo tras besar la frente de la pequeña. —Lo eres amor. Te parece mucho a mi en personalidad, ¿verdad Salem?—le preguntó a su esposo. —Nosotras te amamos a ti—respondió Nixie con evidente amor.
—Amo a nuestro monstruito—admitió mientras se recargaba en el pecho desnudo de su esposo. Se sentía bastante cálido por lo que comenzó a acurrucarse contra él, olvidando que debían desayunar. Se rió ante el comentario de él. Se vería adorable y tierna de todas formas. Recibió a la pequeña en su regazo, acomodándola entre ellos para que se sintiera protegida y amada por sus padres. —Eres encantadora—le pellizcó la naricita con ternura mientras escucha que quería sus waffles con mucha miel y mermelada—Oh muñequita, dulce con dulce, ¿no te vas a empalagar?—preguntó y miró a Salem un tanto preocupada de que la niña comiera demasiada azúcar para su edad.
Le hizo un gesto a Winky luego de haber escuchado la orden de la comida y el elfo desapareció. Eva se puso a jugar con el collar de Nixie mientras ella miraba a Salem, estirando el cuello. —Soy muy feliz contigo Salem. No puedo pedir nada más que ustedes dos haciendo mi vida mejor que antes—le comentó con una cara de enamorada que nadie le iba a quitar. Tenía la mejor vida que alguien podía pedir, ¿por qué no ser feliz? Sonrió.
Correspondió al abrazo de su hija—Eres igual de posesiva que tu padre, muñequita—volvió a llenarla de besitos tras sus palabras y luego dirigió una mirada a Salem, como diciendo que él era peor de posesivo. Negó con la cabeza, claramente divertida—De tal palo, tal astilla—sonrió. Se sorprendió por la respuesta de su hija, pero estaba orgullosa—Rojo y negro será, Eva, lo prometo—dijo tras besar la frente de la pequeña. —Lo eres amor. Te parece mucho a mi en personalidad, ¿verdad Salem?—le preguntó a su esposo. —Nosotras te amamos a ti—respondió Nixie con evidente amor.
—Amo a nuestro monstruito—admitió mientras se recargaba en el pecho desnudo de su esposo. Se sentía bastante cálido por lo que comenzó a acurrucarse contra él, olvidando que debían desayunar. Se rió ante el comentario de él. Se vería adorable y tierna de todas formas. Recibió a la pequeña en su regazo, acomodándola entre ellos para que se sintiera protegida y amada por sus padres. —Eres encantadora—le pellizcó la naricita con ternura mientras escucha que quería sus waffles con mucha miel y mermelada—Oh muñequita, dulce con dulce, ¿no te vas a empalagar?—preguntó y miró a Salem un tanto preocupada de que la niña comiera demasiada azúcar para su edad.
Le hizo un gesto a Winky luego de haber escuchado la orden de la comida y el elfo desapareció. Eva se puso a jugar con el collar de Nixie mientras ella miraba a Salem, estirando el cuello. —Soy muy feliz contigo Salem. No puedo pedir nada más que ustedes dos haciendo mi vida mejor que antes—le comentó con una cara de enamorada que nadie le iba a quitar. Tenía la mejor vida que alguien podía pedir, ¿por qué no ser feliz? Sonrió.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Salem se les quedó mirando por unos instantes, los mismos que ellas estuvieron en silencio, dejándose mimar y riendo un poco. Tal vez a veces se le pasaba un poco la mano con sus manifestaciones de cariño, pero no lo podía evitar. Lamentablemente, pese a lo que a él mismo le gustaría, no dejaba de estar hecho de carne y hueso. —En todo caso, tú sigues siendo mi niña más consentida —le murmuró con una risa a Nixie, abrazándolas a ambas y dejándolas ser.
—Posesivas y mimadas —comentó, mirándola a las dos con los ojos llenos de amor. ¿Cómo no querer pasar el resto de su vida en compañía de criaturitas tan hermosas? La felicidad de ellas dos era la razón de ser de él, protegerlas, cuidarlas y adorarlas—. Ni yo lo hubiera dicho mejor —corroboró en respuesta a su esposa, asintiendo ligeramente. Se mantuvo en silencio, sin intención de interrumpir tan mágico momento que estaba viviendo—. Claro que son dos gotitas de agua ustedes dos —asintió, dándole un beso a cada una: A Eva en la frente y a Nixie en los labios.
Eva sonrió, ligeramente sonrojada y después gruñó como un monstruito, haciendo incluso una mueca para verse más aterradora. Luego, la pequeña se limitó a acurrucarse entre sus padres. —Pero me gusta el dulce —replicó con un puchero, negando energéticamente con la cabeza para que no le fueran a cambiar su desayuno. —Es demasiada azúcar —declaró Salem con voz firme, mirando a su hija con seriedad tras ver la cara de preocupación de Nixie.
Eva enfatizó su puchero y volteó a ver al elfo como en busca de ayuda, pero con todo y lo caprichosa que era, la niña terminó cediendo, pues pese a su corta edad, entendía que sus padres solo querían lo mejor para ella. Además, pocas eran las veces que su papá o su mami le negaban algo que ella quisiera. —Solo con mermelada de fresas, pues —resopló, cruzándose de brazos cuando Winky desapareció para manifestar su enfado, pero sin alejarse de sus padres.
—Y yo lo soy con ustedes. El hombre más feliz del mundo —respondió esbozando una sonrisa e inclinándose para darle un beso, aunque Eva se interpuso entre los dos. —Yaaaa —chilló toda sonrojada ante las muestras de amor de sus progenitores, quienes para fines prácticos no le estaban haciendo mucho caso a su berrinche—. Mami, quiero una hermanita para jugar —pidió así de la nada, mirando fijamente a Nixie, con sus ojitos abiertos de par en par y agitando las pestañas para una mejor persuasión, así como lo hacía con su padre cuando quería algo.
—Posesivas y mimadas —comentó, mirándola a las dos con los ojos llenos de amor. ¿Cómo no querer pasar el resto de su vida en compañía de criaturitas tan hermosas? La felicidad de ellas dos era la razón de ser de él, protegerlas, cuidarlas y adorarlas—. Ni yo lo hubiera dicho mejor —corroboró en respuesta a su esposa, asintiendo ligeramente. Se mantuvo en silencio, sin intención de interrumpir tan mágico momento que estaba viviendo—. Claro que son dos gotitas de agua ustedes dos —asintió, dándole un beso a cada una: A Eva en la frente y a Nixie en los labios.
Eva sonrió, ligeramente sonrojada y después gruñó como un monstruito, haciendo incluso una mueca para verse más aterradora. Luego, la pequeña se limitó a acurrucarse entre sus padres. —Pero me gusta el dulce —replicó con un puchero, negando energéticamente con la cabeza para que no le fueran a cambiar su desayuno. —Es demasiada azúcar —declaró Salem con voz firme, mirando a su hija con seriedad tras ver la cara de preocupación de Nixie.
Eva enfatizó su puchero y volteó a ver al elfo como en busca de ayuda, pero con todo y lo caprichosa que era, la niña terminó cediendo, pues pese a su corta edad, entendía que sus padres solo querían lo mejor para ella. Además, pocas eran las veces que su papá o su mami le negaban algo que ella quisiera. —Solo con mermelada de fresas, pues —resopló, cruzándose de brazos cuando Winky desapareció para manifestar su enfado, pero sin alejarse de sus padres.
—Y yo lo soy con ustedes. El hombre más feliz del mundo —respondió esbozando una sonrisa e inclinándose para darle un beso, aunque Eva se interpuso entre los dos. —Yaaaa —chilló toda sonrojada ante las muestras de amor de sus progenitores, quienes para fines prácticos no le estaban haciendo mucho caso a su berrinche—. Mami, quiero una hermanita para jugar —pidió así de la nada, mirando fijamente a Nixie, con sus ojitos abiertos de par en par y agitando las pestañas para una mejor persuasión, así como lo hacía con su padre cuando quería algo.
Re: Ohana means family ~ Salem Saberhagen
Tras el comentario de Salem, Nixie arqueó una ceja, haciendo un adorable puchero ante la idea—No soy una niña—se quejó por lo bajo, aunque a ojos de su esposo, lo era. Se llevaban más de quince años por lo que era lógico pensar en ello. Además, Salem la conocía desde que tenía unos 13 años, así que técnicamente sus palabras eran válidas. Se acurrucó en el pecho de él, depositando un beso en su cuello de forma traviesa. ¡Cómo amaba a ese hombre!
—Pero nadie más posesivo que tú, cariño—replicó a las palabras de Salem, lo cual era cierto. Aparte de que el hombre era un poco controlador, celoso y manipulador. Ella no pensaba que fuera malo, a ella le resultaba sexy la actitud que tomaba sobre ella. Parpadeó unos instantes después, volviendo a concentrarse en la conversación que tenían ambos. —Pero yo sigo diciendo que es tu versión femenina. Es tan hermosa como tú—y volvió a llenar de besos a la pequeña. —Es un pedacito de los dos. Lo mejor de cada uno—argumentó ella, sin soltar a Eva.
Las muecas que hacía su hija eran de lo más adorables. —Eres nuestro pequeño monstruito—le dijo a la niña, pellizcando su mejilla suavemente. —Ya lo sé corazón. Pero si comes mucho dulce, se te van a picar los dientes o te vas a enfermar del estómago y a ti no te gusta la medicina. Muchos menos las inyecciones—le recordó. La niña emitió un grito y negó con la cabeza, repitiendo que ella no quería esas cosas y finalmente aceptó los waffles solo con mermelada. Nixie sonrió. Agradeció que Salem la hubiera apoyado.
Nixie le hizo cosquillas a Eva para que no se pusiera triste por la decisión de sus padres. Ella volteó a ver a Salem cuando habló y su sonrisa se amplió más. —Te amo—le dijo una vez más y justo cuando iban a besarse, Eva se interpuso entre los dos, quizás avergonzaba por las muestras de afecto de sus padres. La mayor volvió a reír. —¿Una hermanita?—repitió la castaña, sorprendida. Eva asintió, por lo que Nixie miró a Salem quien solo la miraba de forma pícara. Ella se puso roja para luego volver su atención a Eva.
—Bueno…—comenzó Nixie—Un bebé no se hace de la noche a la mañana…—dijo por lo bajo—Pero quizás más adelante tengas una hermana o hermano—le prometió mientras acariciaba su cabello con amor. Volvió a mirar a Salem, quien no paraba de mirarla divertido y sugerente. Se puso más roja pero agradeció que Winky trajera el desayuno y dar por terminado el tema para que los tres comieran con tranquilidad.
—Pero nadie más posesivo que tú, cariño—replicó a las palabras de Salem, lo cual era cierto. Aparte de que el hombre era un poco controlador, celoso y manipulador. Ella no pensaba que fuera malo, a ella le resultaba sexy la actitud que tomaba sobre ella. Parpadeó unos instantes después, volviendo a concentrarse en la conversación que tenían ambos. —Pero yo sigo diciendo que es tu versión femenina. Es tan hermosa como tú—y volvió a llenar de besos a la pequeña. —Es un pedacito de los dos. Lo mejor de cada uno—argumentó ella, sin soltar a Eva.
Las muecas que hacía su hija eran de lo más adorables. —Eres nuestro pequeño monstruito—le dijo a la niña, pellizcando su mejilla suavemente. —Ya lo sé corazón. Pero si comes mucho dulce, se te van a picar los dientes o te vas a enfermar del estómago y a ti no te gusta la medicina. Muchos menos las inyecciones—le recordó. La niña emitió un grito y negó con la cabeza, repitiendo que ella no quería esas cosas y finalmente aceptó los waffles solo con mermelada. Nixie sonrió. Agradeció que Salem la hubiera apoyado.
Nixie le hizo cosquillas a Eva para que no se pusiera triste por la decisión de sus padres. Ella volteó a ver a Salem cuando habló y su sonrisa se amplió más. —Te amo—le dijo una vez más y justo cuando iban a besarse, Eva se interpuso entre los dos, quizás avergonzaba por las muestras de afecto de sus padres. La mayor volvió a reír. —¿Una hermanita?—repitió la castaña, sorprendida. Eva asintió, por lo que Nixie miró a Salem quien solo la miraba de forma pícara. Ella se puso roja para luego volver su atención a Eva.
—Bueno…—comenzó Nixie—Un bebé no se hace de la noche a la mañana…—dijo por lo bajo—Pero quizás más adelante tengas una hermana o hermano—le prometió mientras acariciaba su cabello con amor. Volvió a mirar a Salem, quien no paraba de mirarla divertido y sugerente. Se puso más roja pero agradeció que Winky trajera el desayuno y dar por terminado el tema para que los tres comieran con tranquilidad.
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